Los estudiantes merecen una educación de calidad
lunes, 3 de mayo de 2010
16:00
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La creación de una nueva cultura y el progreso de una sociedad se basa en la educación, siempre y cuando exista comunicación entre profesor - estudiantes, partiendo como punto principal de aquello que es básico para la transformación de la mente humana, sin olvidar que el propósito de la ilustración es para ayudar al ser humano a que se libere de su propia mezquindad, de sus estúpidas ambiciones y ayudarlo a crecer en libertad y sin temor.
Estos roles que se menciona se deberían aplicar en la educación ya que con mucho fundamento se la denomina pilar fundamental del desarrollo y bienestar de una población, pero lastimosamente en pleno siglo XXI el catedrático solo se limita a hablar toda la clase tornándola en un ambiente de insatisfacción académica, logrando perder la atención de sus oyentes causándoles una frustración en su formación como profesional.
Ahora, lo importante de una jornada de clases no es que al alumno se lo llene de información, sino que esos conocimientos del estudiantes se han llevados a la práctica de manera seguida y vaya experimentando lo concerniente a la carrera del cual se está capacitando el conglomerado universitario.
¡Alerta! le han vendados los ojos, despierten de este sueño, la Universidad debe caminar con pasos sólidos, en donde sus haberes deben ser en base a lo ético, vinculado al mundo científico y tecnológico y al servicio de la comunidad para el crecimiento y avance de los pueblos ¡Jamás lo olvidéis!.
Es que sois los llamados al cambio del concepto que hasta ahora subsiste en la mentalidad del hombre al apuntar con el dedo índice al profesional recién graduado por su bajo nivel de formación académica a la que se está sometido y catalogándolo de mediocre e incompetente, pagando los platos rotos por unos cuantos que desean mantener el poder y no están comprometidos con el verdadero proceso de aprendizaje – enseñanza que deben tener las instituciones educativas.
Es momento de despertar y con mucha valentía pedir una transformación en la parte pedagógica y terminar con la enseñanza tradicional y desactualizada que hasta la fecha de hoy siguen pululando por las aulas de clases. Razón tenía Juan Montalvo cuando dijo: “Maldito los pueblos en donde la juventud no haga temblar al tirano”.