Ambiente


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En la actualidad, o al menos gran parte de ella, se vive una era en que la sociedad humana se encuentra regida en su gran mayoría por un sistema económico, que en la toma de decisiones se priorizan los factores lucrativos por sobre los sociales, los ambientales e incluso por sobre la vida misma de las personas o ser vivo del planeta.

Las grandes multinacionales son hábiles para maximizar sus beneficios económicos en el corto y mediano plazo. Sin embargo, su comportamiento es idiota en cuanto a un período mayor de tiempo. Priorizando obtener mayores ganancias en el menor tiempo posible, están auto boicoteando sus beneficios a largo plazo.

Las industrias madereras, agricultura, la energética y pesquera tienen un comportamiento que las lleva a la autodestrucción, causando una aceleración de las crisis ambiental, social, alimentaria, biodiversidad afectando a la humanidad.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), restaurar el ecosistema dañado desde bosques, sistemas de agua dulce y humedales, lejos de ser impuesto al crecimiento y desarrollo, genera rendimientos sustanciales.
El informe se basa en miles de proyectos para restaurar los ecosistemas de todo el mundo y expone 30 iniciativas que transformará la vida de comunidades y países.

Entre ellos cabe mencionar la restauración de los caudales de agua hacia los ríos y lagos, la mejora de la estabilidad y fertilidad de los suelos, que son fundamentales para la agricultura, y la lucha contra el cambio climático por medio del secuestro y almacenamiento del carbono de la atmósfera. En el informe subraya que el mantenimiento y la gestión de los ecosistemas intactos debe ser la prioridad fundamental. Sin embargo, dado que más del 60% de esos ecosistemas desde las marismas y los arrecifes de coral a los bosques tropicales y los suelos ya se encuentra degradado, es preciso que la restauración adquiera ahora el mismo nivel de prioridad. La reparación y rehabilitación de los ecosistemas generará empleo, al tiempo que apoya los objetivos internacionales de reducir el ritmo de pérdida de la diversidad biológica.
Es imperioso que la humanidad abandone este sistema economicista, pero es un cambio que llevará tiempo. Mientras tanto los dueños del mundo deberían darse cuenta que en la naturaleza pueden encontrar un socio, un aliado y dejar de tratar al planeta como a un esclavo que se encuentra a su servicio y al que se lo exprime hasta el límite de sus fuerzas, ya cuando este esclavo no pueda mas, seremos nosotros quienes suframos las consecuencias.

¡SOS! Los animales también sienten


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Así como hombres y mujeres gozan del derecho del buen vivir, los animales también deberían deleitarse de este privilegio, pero penosamente no se da. A diario se ven los abusos que se cometen contra los vertebrados, y en especial a las mulas, caballos y burros, que son forzados a los trabajos rudos del campo.

Actualmente, existen organismo que luchan contra diferentes anomalías que existen en el mundo entero como son: OMS, ONU, UNICEF, CONSEP y, ahora hasta crean lo que es la UNASUR.

Pero, por qué no han tomado en cuenta a estos cuadrúpedos del horrendo y espantoso trabajo al que son sometidos ¿Por qué no han creado organismo que erradiquen este mal?, y si los hay ¿Por qué no actúan? Se debería sancionar a sus dueños que andan nomás sirviéndose y evitándose llevar todo tipo de carga (tal como lo muestra la gráfica). Acaso, estos señores no piensan lo cansado que puede ser para estos mamíferos cargar estos tipos de bultos y, que por si fuera poco tienen que llevarlos a ellos también.

Ahí se tiene el claro caso de una yegua llamada “Muñeca, que dio a luz en plena calle de Tuluá, Colombia, pero lo penoso de aquello, es que este animal, mientras deambulaba por este sector, lo hacía arrastrando una carretilla que contenía palos y sacos de cementos. Será acaso, ¿Qué el dueño de esta mula no sabía que ella estaba en estado de gestación?, es tanta la ignorancia o la falta de consideración de este ciudadano, que no me midió las consecuencias de hacerla trabajar en la situación en que se encontraba.

Actualmente, el sector campesino de nuestro Ecuador, aun mantiene esta tradicional y absurda transcendencia de esclavizar a las y los potros a los trabajos forzados a plena luz del día, acompañado de un fuerte sol y sin una gota de agua para beber, mientras que ellos si se dan su buena protección.

Es momento de parar este abuso y vigilar cautelosamente el cuidado respectivo que la dan a estos seres vivos y sancionar a quienes maltraten a estas criaturas que forman parte de nuestro planeta.

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